noviembre 21, 2010

Dulce carta a nuestra querida madamme cotidaneidad:

Revolviéndose, hasta convertirse en torbellino de máscaras aumentadas y
... aderezamos la sopa con mentes estrujadas...
 miradas hacia la existencia convertidas en dulces y vacías fotos de catálogo...
Dios!no puedo dejar de lamer ese frío y etéreo sabor a amor,
y cuando por fin logro revolverme, lo cual es un alivio,
en el siguiente acto todo vuelve a su sitio.
Van pasando los actos, y todo esto ya tiene sentido,
descubrimos quien saca partido....
Mercaderes  de sensaciones,
vendo, compro y registro emociones.
 Elegantes vestidos  pasean en la cómoda sombra,
 de grandes sombrillas construidas con pieles de ajenas vidas.
  Aplastante normalidad,
 compañera de esa por tod@s conocida
 y poco presentada amiga....
supersintética madamme cotidaneidad,
trajes de negro latex ceñidos al nivel de tu bolsillo.  
Y así empiezo a sentir como sube el  fuego en mis venas...
y es que no se tú, pero yo oigo esto y mi alma está a punto de explotar..
millones de bocas convertidas en vertederos de mentes ignorantes,
 millones de estúpidas vidas quemadas en clave de felices nóminas.
Yo ya no puedo más....
 creo que orino fuego en mi propia cocina.